Que los sonidos hablen, pareciera decir; los sonidos no hablan, responde, se presentan simplemente en su estado más puro. Las formas se rompen, desintegran, se aproximan a un punto donde luego, de tan cerca, todo comienza a parecer distante. “No tengo nada que decir y lo estoy diciendo y eso es poesía” (Cage), vuelve a insistir. La vigilia podría ser también el sueño de una mano dormida, pesada, cayendo sobre el azar, para luego emerger liviana y frágil ante la quietud de los elementos. Quién dice y quien responde, entonces, es la idea que se desdobla en un juego: ser el pez y carnada; la posibilidad de imaginar un acontecimiento que no llega, que se desplaza a sus anchas y que, mientras está a punto de caer, interpreta lo hondo y abisal.
Antes de hundir el cuerpo: inhalar, hinchar, inspirar. La música es, tal vez, un lenguaje en el que se desplazan imágenes y sonidos; el pozo profundo de la mente -tiempo y secuencia-, que crea solo lo que puede ser construido por la misma música. En la superficie, pequeños peces, en lo hondo, el pez dorado (Lynch). Romper el círculo restringido, conquistar la variedad infinita (Russolo), ir a lo profundo para hallar retazos, pequeñas imágenes que buscan reconstituir una noche, un espacio posible donde lo extenso e íntimo se transforma en símbolos, en la abstracción depositada en lo instintivo y en esa promesa de traducir la profundidad.
Los sonidos en vigilia caen en la superficie, estallan sobre el agua, transitan por los volúmenes del espacio, transgreden todo contorno y textura, vulneran el tímpano, dejan oír un paisaje inexistente, una atmósfera jamás habitada, una noche infranqueable, inhóspita y, al mismo tiempo, sensual, erótica y velada. Los sonidos y su vigilia tiemblan sobre la superficie del agua, intentan sostener lo imposible: imágenes que contribuyen a entender el mundo o a entender simplemente el de uno: lo inabarcable, indescifrable, extraño y desconocido.
En lo profundo de la vigilia se hallan las formas de construir intimidades y afectos, las formas de entendimiento que da equilibrio y acuerdo al modo que antecede el deseo y las formas que lo exceden. En ese desajuste, entre el camino medio, opaco y abisal entre ambas, se comienza a recuperar nuevos lenguajes: texturas, frecuencias, formas y deformaciones capaces de alterar la uniformidad del agua, la metáfora líquida que imagina lo imprevisible, la invención de un sonido abstracto, intangible, imposible de detener y destruir.
En la vigilia, esparcido sin ningún orden ni norma, los sonidos se despliegan en un libre arbitrio, conviviendo con otras formas igual de complejas y que, en su reconocimiento, articulan esa diferencia no pesquisable, inmediata, visible, ni cosificable. En lo hondo de la vigilia, los sonidos crean sus propias estrategias y las bases para su resignificación: movilizan el cambio, desafían el orden, construyen su intimidad. En la vigilia abisal se hallan los sonidos que mueren hacia el silencio, inéditos en su forma, fondo y amplitud, para luego emerger, más tarde, cuando el sol está a punto de aparecer, sorpresivos, impredecibles y, sobre todo, prístinos en la superficie de lo desconocido.
Sebastián Herrera
(Santiago, Chile. Enero 2025)
En “Vigilia”, la más reciente entrega del destacado músico y compositor Sebastián Vergara, se despliegan nueve temas que reflejan su compleja y personal manera de explorar el sonido. Este álbum, envolvente y multifacético, destaca por su riqueza exploratoria y su habilidad para expandir los límites de un lenguaje sonoro propio.
Barridos digitales, capas atmosféricas, sutiles arreglos y sampleos de cuerdas, junto con la materialidad de una guitarra que aparece en momentos clave, conforman un paisaje sonoro meticulosamente construido. Cada elemento está trabajado con una precisión milimétrica, logrando un equilibrio entre lo etéreo y lo tangible. El resultado es un disco que acaricia los oídos del oyente, sumergiéndolo en un mundo sensorial que oscila entre lo placentero y lo inquietante, como un sueño donde las reglas rígidas ceden ante las conexiones neuronales espontáneas.
Este nuevo álbum marca un paso firme en la construcción del catálogo electrónico de Vergara, precedido por obras como “Muda” (Transamericas, 2023), “Sola” (2023) y “Umbral” (Tensa Records, 2022), todas disponibles en su Bandcamp. En su nuevo disco “Vigilia”, editado esta vez por Pueblo Nuevo Netlabel, Vergara avanza como un maestro del ajedrez: sus progresiones de acordes y sonoridades sorprenden con resoluciones inesperadas, tan impactantes como un jaque maestro, dejando al oyente sin posibilidad de escape.
Mika Martini
(Santiago, Chile. Enero 2025)
Track List:
01. Los días comienzan de noche (01:19)
02. Y si pintamos el espacio nocturno (04:09)
03. 1985 (01:13)
04. Canción sin público (04:40)
05. Microlamento (01:53)
06. Insiste, a ver qué pasa (02:49)
07. La noche diaria (03:53)
08. Vigilia (03:06)
09. Tucúquere (03:30)
Tiempo total: 26:29
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https://pueblonuevo.cl/vigilia/
Créditos:
Todos los temas compuestos, producidos y mezclados por Sebastián Vergara (@sebastianvergaramusic) en Santiago de Chile, entre marzo y diciembre de 2024.
Masterizado por Francisco Holzmann (@holzmasters).
Diseño y fotografía de portada por Sebastián Vergara.
Diseño adicional por Mika Martini (@mikamartini).
